jueves, 19 de mayo de 2011

WILFRED BION - APRENDIENDO DE LA EXPERIENCIA (1962) (INTRODUCCION Y SUMARIO)

(Trad.: Haydée B. Fernández. 1980 de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidós Ibérica, S.A. Barcelona y Editorial Paidós, SAICF, Buenos Aires.)

                                                           INTRODUCCIÓN 

   1. Como los problemas que se tratan en este libro son fundamentales en relación con el aprendizaje, despertaron el interés de la investigación desde hace mucho tiempo. En la práctica psicoanálitica, particularmente con pacientes que presentan síntomas de trastornos del pensamiento, se observa que el psicoanálisis ha agregado una nueva dimensión a estos problemas o tal vez a su solución.
   2. Este libro se refiefe a las experiencias emocionales que se relacionan directamente con teorías del conocimiento y con el psicoanálisis clínico, todo esto planteado del modo más práctico posible. El hombre que se ha formado según un método filosófico generalmente ccarece de la experiencia íntima que posee el analista de los procesos que corresponden a los trastornos del pensamiento, y los mismos psicoanalistas pocas veces afrontan tales casos. Yo he sido afortunado en este respecto, pero no tengo una formación filosófica. Cuento, sin embargo, con la ventaja de haber estado en análisis primero con John Rickman y luego con Melanie Klein.
   3. Poseo experiencia que quisiera transmitir, pero no estoy seguro de cómo podré hacerlo; este libro explica el porqué de esta dificultad. En un momento pensé concentrarme en el análisis de candidatos. Estoy de acuerdo en que es el único método realmente efectivo para transmitir la experiencia analítica que por el momento tenemos; pero limitar nuestros esfuerzos a esta actividad tiene algo de culto esotérico. Tal vez la publicación de un libro de este tipo pueda parecer prematura. Sin embargo, creo que puede servir para dar una idea del mundo que se descubre al intentar comprender nuestra comprensión. Si este libro sirve para estimular al lector a seguir adelante, su objetivo se habrá logrado.
   4. He limitado al máximo el número de notas y referencias; las que, empero, he dejado, son esenciales para el proceso de pensar el pensamiento, en lugar de simplemente leer el libro. El libro ha sido estructurado para ser leído de una sola vez sin detenerse en aquellas partes que al principio puedan ser oscuras. Algunos puntos oscuros se deben a que no es posible escribirlos sin presuponer familiaridad con algún aspecto de un problema que precisamente se trata más adelante. Si el lector lee sin detenerse, estos puntos se irán aclarando a medida que avance. Lamentablemente, subsisten puntos oscuros debido a mi incapacidad para aclararlos. El lector puede encontrar que el esfuerzo de aclararlos por sí mismo es realmente gratificante y no es una tarea que se le impone porque yo haya dejado de realizarla.
   5. Puede parecer que empleo en forma equivocada palabras cuyo significado ya está establecido, como en el caso de los términos función y factores. Un crítico me ha señalado que empleo los términos en forma ambigua, de modo tal que existe el peligro de que el lector se confunda por las asociaciones que existen entre esas palabras y las matemáticas y la filosofía. Las he usado deliberadamente en razón de esas asociaciones y deseo que la ambigüedad persista: Es mi propósito que el lector recuerde las matemáticas, la filosofía y el uso corriente, porque una característica de la mente humana, a la que me refiero, puede desarrollarse en forma tal que en un estudio posterior puede clasificarse bajo estos encabezamientos, y otros. Pero lo que me interesa aquí no es lo que la función pueda llegar a ser; mi empleo del término tiene el propósito de señalar que si la personaen observación está realizando un cálculo matemático o un acto de envidia o caminando de una manera peculiar, todas son para mí funciones de la personalidad. Si me intereso por la exactitud de sus operaciones matemáticas no es porque me interese medir sus conocimientos matemáticos, sino porque ellos y la exactitudde sus operaciones son funciones de su personalidad, y yo deseo saber cuáles son los factores.
   6. Si el lector lee el párrafo anterior nuevamente comprobará que al optar por el uso del término función, conservando éste su penumbra de asociaciones, puede suponerse que usaré el término según las reglas y las convenciones que aceptan los matemáticos y los filósofos para regular su uso. Si satisfago esta expectativa se dirá que empleo el término "correctamente". Pero si no correspondo a esa expectativa (provocada por la penumbra de asociaciones que no despejo) se dirá con razón que empleo el término en forma equivocada. Si estoy de acuerdo con esta crítica, me quedan dos posibilidades: una sería despojar al término de su penumbra de asociaciones; otra, aceptar las convenciones de uso implícitas en asociaciones.
    7. En realidad, no optaré por ninguna de las dos. Supongamos que veo a un hombre caminando. Puedo decir que su caminar es una función de su personalidad y que después de una investigación descubro que los factores de esta función son su amor por una mujer y su envidia al amigo de ella. Si prosigo la investigación, puedo determinar que a su amor por la mujer se agrega la envidia a su amigo; o F (su modo de caminar) = A+E( F= función, A= amor, E= envidia). Pero tal vez sienta que mis observaciones se aproximan a la teoría kleiniana de la identificación proyectiva y que puedo expresar mejor mi opinión sobre los hechos si digo que la función de caminar es un signo de que el paciente siente que ha colocado dentro de él una mujer que quiere y con la cual se identifica y un rival que envidia pero con el que también está identificado, y que ambos objetos son controlados al estar encerrados en sus piernas. Ahorraré al lector una figura geométrica, expresando esta última idea "matemáticamente"; pero le pedire que reflexione si es cierto que en el capítulo I empleo los términos "función" y "factor" en forma equivocada. Entiendo que este uso puedacpnfundir, pero no estoy de acuerdo en que se pueda afirmar que hago un mal uso del término. En un capítulo ulterior sostengo que el uso de ideas, y los símbolos que las representan, está menos desarrollado que el proceso mediante el cual estas ideas han evolucionado. Por esta razón estoy dispuesto a aceptar que empleo mal una idea, o un símbolo, o ambos, pero no estoy de acuerdo en que existe un criterio definitivo sobre esta cuestión. En la metodología psicoanalítica el criterio no debe depender de si un uso determinado es correcto o incorrecto, si tiene significadoo es verificable, sino de su capacidad para fomentar el desarrollo.
   8. No estoy sugiriendo que esa capacidad de promover tal desarrollo nos provea de un criterio absoluto: la teoría psicoanalítica y su práctica, en los casos en que el pensamiento presenta trastornos graves, señalan la necesidad de una reformulación de las ideas sobre el origen y naturaleza de los pensamientos y una reformulación paralela de las ideas sobre los mecanismos mediante los cuales es posible lograr "pensar" pensamientos. Mas si es cierto que es necesario modificar nuestros enfoques sobre los pensamientos y los mecanismos del proceso del pensar, es probable que esta modificación, si es tan importante como yo lo creo, exija la modificación también de la forma en que producimos "pensamientos" y los métodos que empleamos al usarlos. Mi método de crear "factor" y "función" (y su capacidad para representar una "realización") no tiene por qué ser considerada necesariamente equivocado por diferir de los métodos que son generalmente aceptados como los únicos que corresponden a una correcta producción, naturaleza y uso de los conceptos. Claro está que mi método no está libre de ser sometido al examen crítico al que la esperiencia psicoanalítica ha enseñado que todo pensar debe ser sometido.
   9. Los métodos que presenta este libro no son definitivos. Aun cuando me he dado cuenta de que son inadecuados, a menudo no me ha sido posible mejorarlos. Me encontré en una posición semejante a la de un científico que sigue empleando una teoría que sabe es imperfecta porque aún no se ha descubierto otra mejor que la reemplace.



                                                     SUMARIO DE TEMAS

   El  siguiente plan del libro puede servir de guía aproximada:
   El capítulo I comprende una explicación preliminar de dos términos.
   El capítulo II es una delimitación de área en la cual quiero usar los términos como parte de mi equipo de investigación.
   El capítulo III inicia una descripción estilizada de experiencias emocionales, "realizaciones", en las que he tenido participación, que constituyen el estímulo para la creación de este libro. Por "estilizada" quiero decir que es conscientemente compleja, porque la falsificación que implica emplear este método de presentación es inmensurablemente menor que la producida por cualquier otro, incluyendo los así llamados registros mecánicos. Estos últimos ofrecen el tipo de verdad que corresponde a la fotografía, pero la forma en que ese registro se lleva a cabo, a pesar de una precisión superficial en el resultado, ha llevado la falsificación más atrás: la introduce en la sesión misma. La fotografía como fuente de la verdad puede ser acertada, pero hay que tener presente que se trata de la fuente después de que ha sido enturbiada por el fotógrafo y su máquina; de todos modos el problema de la interpretación de la fotografía subsiste. La falsificación de una grabación es mayor; porque da verosimilitud a lo que ya ha sido falsificado.
   El capítulo IV es una breve exposición resumida de fenómenos clínicos relacionados con el tema de éste libro, todos ellos muy conocidos para los analistas pero expresados en términos que son tal vez más significativos para los analistas formados en teorías kleinianas. Esata descripción indica el uso que doy a los términos función-alfa y barrera de contacto (contact-barrier). Al final del capítulo XI señalo la importancia de la elección entre modificar la frustración y evadirla.
   El capítulo XII comienza con una referencia a la identificación proyectiva y su relación con la génesis del pensamiento. Continúa con el papel que desempeña la experiencia oral y alimentaria al proporcionar un modelo para pensar. Señalo las serias consecuencias que puede tener para el desarrollo de una madre incapaz de experimentar ensueño (reverie).
   El capítulo XIII trata de los problemas relacionados con la grabacion de sesiones y las teorías usadas por el analista. En el capítulo XIV se consideran las posibilidades de un método de notación científica.
   Los capítulos XIV a XVI introducen los signos A, Oy C, empleados en el estudio del tema de este libro.
   Los capítulos XVII-XVIII retoman el uso de la abstracción "función-alfa" en relación con el análisis de la génesis de los pensamientos. Se trata en particular los problemas de abstracción, o generalización, concretización o particularización.
   El capítulo XIX inicia el análisis del empleo de modelos psicoanalíticos.
   El capítulo XX es una investigación de la abstracción en la cual se hace un intento de usar signos abstractos para elucidar algunos de los problemas de la abstracción tal como ellos se presentan en el análisis.
   El capítulo XXI nos introduce en la teoría kleiniana del intercambio entre las posiciones esquizo-paranoide y depresiva: su relación con el aprendizaje y la experiencia emocional asociada con los términos empleados en las teorías de de la causación.
   En los capítulos XXII y XXIII se analizaa la abstracción y la construcción del modelo en el contexto de la práctica analítica.
   Los capítulos XXIV a XXVII continúan la explicación con particular referencia al aprendizaje (vínculo C). El capítulo XXVIII es una elaboración del mismo tema en menos C (-C). (Pp. 13-21).          
  

    

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